martes, 2 de septiembre de 2008


No se muy bien como debo comenzar a escribir aquí... así que os contaré como llegan a mi vida los pequeños peluditos que solo con entrar decidieron cambiarla.


Siempre me habían preocupado los animales, me gustaban, pero no mucho más... un día Rubén y yo decidimos adoptar una mascota, y así llegó a nuestra vida la pequeña Vicentina, que ahora se llama Ainur...


Ainur tenía entonces 6 o 7 meses... para algunos era una gata mayor, supongo que para su anterior dueña, que ya la había adoptado antes, había dejado de ser una cachorrina graciosa y mimosa... pero nosotros la vimos y supimos desde el primer instante que ella nos había adoptado a nosotros... la llevamos a casa y así empezó todo...


Rubén y yo empezamos a interesarnos por el mundo de los animales, por el de los que sufren en las calles, los abandonados, los maltratados... y empezamos a colaborar con una protectora, la que se había encargado de mi niña Ainur... así llegaron a nuestra vida, como animales de acogida que buscaban un hogar... Purple, la princesita de manto azul... una azul ruso posiblemente abandonada con la marca del collar que una vez llevó... también llegó Poppins, una pequeña callejerita blanca con la cabeza y la cola negras, Poppins había seguido a la persona que la alimentaba en una colonia callejera hasta su casa demostrando lo casera que podía llegar a ser... también pasó por casa Numa, nuestra pequeña Numa, una atigrada de 2 meses que había nacido casera, de una gata cuyos dueños no parecían tener intención de esterilizar, así camada tras camada que terminaba en la perrera, Numa se salvó junto a su hermano Nero... también llegó Marlene estudiando alemán porque esta siamesa también callejera tuvo la suerte de encontrar hogar en el país germano... también llegaron Piñón, Marga y Caballé, nuestros tres primeros bebés de biberón, tan tiernos y fragiles, tan pequeños... y después Dulcinea, nuetra otra bebé de biberón, con ella aprendimos tanto sobre el aprendizaje de los gatos!!!... y aun están en casa de acogida Gatín, otro pequeño de biberón, el más pequeño que habíamos tenido nunca.... Hillary, la tierna Hillary, recuperándose de su boquita pachucha para zarpar también rumbo a Alemania... y Jara, mi atigrada maligna, la gata con más miedo que haya visto jamás...


Pero no solo estos han pasado por casa... que ya son!!!... también llegó Taro, mi Taro del alma... pero él se quedó para ser hermano de Ainur para siempre, se adoran, sobre todo él a ella... la lame, ella se enfada y le pega una paliza y así empieza un juego que puede durar horas de peleas... mi dulce Taro, el miedoso, el tímido... y mi niña Ainur, la descarada....


Ellos, Taro y Ainur... y todos los que cité antes... y todos los que he ido conociendo, de algún modo han cambiado nuestra forma de ver el mundo... nuestra forma de ver el mundo ha cambiado nuestra vida... por eso este blog se llama COMO UN PAR DE GATOS (O MÁS) TE CAMBIAN LA VIDA....


Desde aquí solo animaos a adoptar!!!

3 comentarios:

ITACA dijo...

Hola guapa:

Ya tenemos blog nuevo!!!! algo así como un slogan de "Pon un gato en tu vida y srás feliz". Y yo que les tengo alergia...

Los80s dijo...

Qué potito!!! ays niña, así empecé yo... se sufre, pero también se disfruta mucho!! enhorabuena por el blog, me lo meto en favoritos y pasaré a visitarte. Ah, soy Nata. Muakcs!!

vir dijo...

oohh, claro que te cambia la vida tanto!! pero merece la pena sin ninguna duda. Bueno, yo sólo lo dudo (pero poquito) cuando paso la mopa y saco kilos de pelos cada día ggrggr. Para mí, una casa sin animales es un rollo, una sosería; incluso cuando te cortan la libertad, por ejemplo para salir de viaje o tener que volver a casa cada cierto tiempo, o no poder ir con ellas a todas partes, no me arrepiento de tenerlas. Es la esencia de una casa. Un superbeso!!